La caricia perdio su almohada
en el hoyo del sueño de otro ser
que puso trampas para manos
que buscan a tientas color humano
Bajo alguna rama del sueño ajeno
descansa blanca y futil la almohada
observada por cuervos y cometas
y picada en los ojos por un hada
Cada tanto se acerca un viejo momento
de tez morena y ligero palpitar
tiene voz de viento y lleva a rastras
un dedo y un cuaderno triangular.
Llena de plumas y sola...volar no puede
nada del oceano al fin de la ciudad
a riendas de tres promesas niño;
sueña, descansa y en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario